Hasta los años '50 la economía italiana podía definirse esencialmente agrícola: este sector ocupaba la mitad del Producto Interno Bruto.
Después de un notable crecimiento económico durante los sesenta, el sistema productivo italiano se modernizó, concentrándose en la industria y en los servicios. En los últimos años, la parte del producto generado por la agricultura ha llegado a constituir menos del 3% del PIB.
La tendencia más reciente registra un aumento de los servicios privados destinados a la venta y una disminución del aporte de la industria (especialmente en los sectores de construcción y energía). Los servicios públicos que alcanzaron en 1991 un 14% del PIB, han empezado a bajar su participación a raíz de las políticas fiscales de ajuste financiero de los últimos años. Actualmente el sector terciario ocupa más del 60% de la población económicamente activa, mientras que la industria (que en los años setenta empleaba el 50% de la fuerza laboral), detiene ahora una cuota apenas superior a un tercio.
La industria italiana ha vivido (en el transcurso de las últimas décadas) una serie de transformaciones típicas de las economías occidentales.
· En el sector agrícola la palabra clave es: innovación. Por un lado tecnológica (informática, investigación científica) y por el otro innovación de proceso (integración multisectorial de las actividades).
· En la industria, los esfuerzos se han orientado en la búsqueda de una mayor competitividad e internacionalización. Las empresas italianas tienen una vocación para establecer relaciones comerciales con los mercados extranjeros: se estima que alrededor de 15.000 empresas participan en la internacionalización, con filiales, comercio, o acuerdos de tipo industrial en el exterior.
El desafío italiano relacionado con la globalización se basa en la optimización de los procesos productivos a través de la automatización y en el incremento de la productividad a través de la inversión en la formación del personal, fruto de nuevas técnicas de gestión empresarial.
Mientras que el Estado realiza inversiones poco significativas en la investigación y desarrollo, las empresas realizan innovaciones que privilegian, más que la generación de nueva tecnología, la utilización de tecnología existente. En efecto, el desarrollo y las modificaciones de productos y procesos productivos se basan muchas veces, más que en invenciones técnicamente sofisticadas, en un atento examen de las necesidades actuales y potenciales de la empresa. De hecho, la mayoría (más del 20%, el porcentaje más alto en Europa) de las nuevas técnicas de producción introducidas en Italia han sido impulsadas por unidades de tamaño reducido.
Todos estos cambios también han sido posibles gracias al inicio de una nueva etapa en las relaciones entre empresarios y sindicato, las que se han materializado en un acuerdo global sobre el costo del trabajo, firmado en 1993 y que todavía constituye el marco general de estas relaciones.
- En los servicios es notable el crecimiento observado en los sectores más avanzados (p.e. servicios financieros a las empresas) y de la comunicación (transporte y telecomunicaciones). Otros aspectos relevantes derivan de la presencia cada vez más difusa del terciario en los demás sectores productivos y del nacimiento de nuevas ramas de actividad económica (cultura, tiempo libre).
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